Desde pequeño te crían diciéndote que hablar con extraños es malo, que te fíes de la gente que vive a tu lado día a día, la que siempre esta ahí en tus mejores momentos pero también en los peores. Sin duda alguna al crecer he podido ver que no es así, que la mejor gente es aquella que no te conoce, esa que no te va a juzgar nunca, la que te comprende aun sin haber pasado por lo que tu. También me he dado cuenta de que la gente está más para lo bueno que para lo malo, que siempre vas a tener a 10 en las buenas y como mucho a media persona en las malas.
Me he dado cuenta demasiadas cosas al crecer, entre ellas, que más que amor adolescente pasamos por el amor platónico, ese con el que soñamos pero sabemos que nunca tendremos, ese por el que aún sin conocerlo daríamos todo.
Todo el mundo achaca el amor platónico al típico chico del instituto que trae loca, a esa persona que ves por la calle que sabes que nunca más vas a volver a ver, pero en mi caso no es así, por desgracia mi amor platónico es mi ídolo, y que queréis que os diga, desde que lo conocí, supe que hablar con extraños a través del móvil, no siempre es malo.
Tom Riddle logró salir del diario en el momento que le hacía creer a Harry Potter que lo había derrotado, aunque la realidad fue que Tom aprovechó para escapar y volver a tomar lo que perdió hace unos años.