El hijo de puta de mi yo reencarnación Me niego a usar mensajes de textos para comunicarme con otra persona... Pero la tecnología avanza a pasos destructivamente enormes. Todo tiene excedente; "mucho" puede ser bueno pero "demasiado" nunca lo es. Todo posee un final pero no así un fondo, siempre se puede caer más y más. Ahora bien, (dejando de lado las películas de ficción) nunca pensé que mis ojos verían en vivo y directo, tan profundamente en ese pozo de caídas. Pero sí, lo vi, muchos lo miraron, y ahí estaba yo con ellos, sin embargo tengo asegurado en mi alma que fui el único que notó lo que pasaba. En el andén de una estación de trenes, paradas, esperando la formación, tres mujeres de no más de veintisiete años (y no menos de quince) probablemente amigas se encontraban una al lado de la otra en círculo. Parecían conversar y se reían; pero un detalle rondaba entre sus manos. Todas soltaban carcajadas haciendo algún que otro comentario, aunque ...