-¿Por qué eres así conmigo?- Pregunta mientras su ceño se frunce y se dirige hacia mí, si no lo conociera diría que su rostro transmite pena y de verdad luce triste,pero oh vamos Devonne...sabes muy bien qué no es así y de alguna otra forma quiere que caiga en su trampa por poner cara de niñito triste.
-¿Así como?-Respondo cortante y fingo no tener idea de que me habla.
-Tan amargada,tan triste,tan...fría- Puede que sea por que hace tres meses mi padre esta muerto,idiota
-Eso a tí no te incumbe
Se sienta a mi lado y miro de reojo,sus facciones realmente se tornan a las de un niño confuso y apenado. Se dirige hacia amí y aparta un mechon de pelo de la frente mientras me mira con una mirada empatizadora,yo por mi parte no puedo creer lo qué esta haciendo,Cameron Abels consolando a una chica...
-Se qué estás herida-Levanto la vista y lo miro -Y se que tienes miedo,pero te diré algo,prefiero hacerme daño a mi mismo que a tí,por favor sólo confia, Dev,te quiero, aún lo hago-.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.