Le observaba. Cada día él hacia lo mismo; mirar hacia afuera el patio y las flores que rodeaban el colegio. No tenía ni la menor idea, ni siquiera un indicio de cómo mantenía sus calificaciones. Sólo hacia lo mismo cada clase, mirar hacia afuera. Me causaba curiosidad saber qué pensaba. Quería saberlo. Él no dirige una palabra, ni siquiera una mirada a nadie. Cada día es una batalla, ¿Le hablo o no le hablo? ¿Sabrá que existo? ¿Tal vez ya notó lo mucho que le miro? ¿Le gustarán sólo las chicas? Te he observado por un año. Pensé que sería cosa de un mes, tal vez de dos, pero no sales de mi mente ni un segundo. Yo podría hacerte feliz. Podría quitar esa mirada tan fría y obscura de tu rostro. Podría abrazarte hasta que tu llanto se detenga. Podría escuchar con atención cada palabra que salga de tu boca. Podría ser quien alegre tu día. Podría... si tan solo me dejaras. Mike no sabe lo que se le espera después de que un día, sin pensarlo, se acercara al personaje principal de todas sus fantasías. Después de ese día, Isaac, no será lo que Mike esperaba, ni mucho menos se hubiera imaginado lo que pasó.