Elunei era una joven de tan solo 17 años, que vivía junto a sus padres y su hermano mayor. Indecisa, desconfiada y sobre todo ansiosa, así era ella. Tenía el cabello color castaño oscuro, lacio, sus ojos eran de un profundo marrón y sus mejillas se tornaban un color carmesí, cada vez que pensaba en Brent. Brent... Así se llamaba él. Su cabello era alborotado y de color café, y sus ojos eran color miel. Elunei pasaba horas frente a la ventana pensando en aquellos ojos tan divinos que la habían cautivado esa noche de baile.