TODOS LOS CAMINOS ME LLEVAN A ROMA
6 parts Complete Superar a alguien es como intentar borrar una historia que no acabamos de escribir.
Violeta se enfrenta a superar al amor de su vida, resumiendo su duelo en un poema sin fin. Dando por hecho lo corto del amor y lo largo del olvido.
«Puedo escribir los versos más tristes esta noche».
Sujetaba con firmeza mis caderas, lleno de hambre, apretando mi entrepierna, probando a besos de mi piel.
«La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos».
Sus manos buscaban mis piernas, buscaban mi cabello, mi cintura; sus besos buscaban mi cuello, mi vientre; me agitaba con su tacto.
«El viento de la noche gira en el cielo y canta».
Danzaba indeciso entre mi pecho y mis caderas, en un afán deseoso que le causaba el calor; adentrándose en los impulsos del instinto.
«Puedo escribir los versos más tristes esta noche».
Su respiración se hizo pesada, jadeante, en complicidad con la mía; desesperaba. Y yo, presente ante sus caricias, pero inmersa en mi cabeza, declamaba mi poema favorito.
«En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito».
Bajó donde le había dado permiso; pero su mano no se sentía como la suya, su cuerpo, su aroma, sus besos, su voz...
- ¡NO! - me aparté de aquel extraño.
Envuelta en las sábanas, envuelta en lágrimas, supe, entre la mirada confundida del tipo y el sentimiento que afloraba en mí, que no me había olvidado de Roma.