Kwon Ji Yong, así me llamo, un joven multimillonario que vive en dónde se le da el gusto.
Bad boy, de 28 años, rodeado de mujeres hermosas que lo único que buscan es dinero y lujos, y claro, eso se los puedo dar yo. No soy exigente al conseguir chica nueva, solamente quiero a alguien que sepa bailar y que tenga una cara linda, obviamente.
En cada rincón del mundo me conocen, cada bar tiene un asiento especialmente para mi, cada hotel una habitación acomodada como a mí me gusta, y cada chica algo que darme.
Me gusta como vivo, pero la verdad es que, no todo en mi vida es color de rosa.
Todos los días, cada vez que me veo al espejo, veo a alguien desconocido, demacrado y sin ganas de vivir. Necesito algo para ser feliz, ¿que puede hacerme feliz? ¿más alcohol? ¿más chicas?
- No te entiendo Ji Yong, tu escogiste está vida, podías haber elegido otro camino, ¿no es así? - avente la copa de vino al espejo, los dos se rompieron en pedacitos.
- ¡Ahhhhh! ¡Put* vida! - las lágrimas empezaron a salir, no dejaban de brotar. - ¿Porque me hiciste esto? ¿Porque te fuiste?
Llore toda la noche, hasta quedarme dormido.
Ya tendría más tiempo mañana para seguir bebiendo.