"Padre nuestro, que estas en el cielo..." Aquel joven de verdosa mirada soltó la primera estrofa de aquella conocida oración en tan solo un susurro con la voz quebrada y temblorosa, pensando en esa bella y tóxica mirada que le iluminaba los días, o eso creía. Estaba decaído y deprimido todo el día, nadie sabía que hacer y los que pensaban saberlo, se equivocaban.
Sus días eran una rutina, se levantaba y solo tomaba café, luego iba a su trabajo de medio tiempo en una cafetería en una zona no muy agradable, pero cerca de su casa, y tomaba más café, sin comer ni una sola porción de nada. En la tarde se dirigía al cementerio, todos los días, sin falta. Allí se quedaba por horas llorando, maldiciendo y culpándose. Volvía a su casa tarde y cuando lo hacía, rezaba. Rezaba por el dueño de cada lágrima derramada a las dos de la mañana cuando despertaba por algún sueño relacionado con aquel joven de azulada mirada. Todo iba igual... Hasta hace unos meses.
Harry no lograba mantener sus ojos abiertos, había estado llorando demasiado. Entre sollozos, el joven logró oír su celular sonar, quitó los restos de sus lágrimas y secó sus ojos para así poder leer correctamente el mensaje. Pero al leerlo, la sangre se le heló y su rostro empalideció, más de lo que ya estaba. Sin saber que hacer o como actuar ante tal cosa, se dirigió a la casa de su amigo, Niall. Al llegar toco, o más bien azotó, la puerta.
"¿Qué haces aquí? ¡Son las dos de la madrugada!"
"Me habló."
"¿De qué estas hablándome?"
"Louis... Es él... Lo sé."
"¿Por qué crees eso, Harry? ¿Y si alguien te está jugando una broma?" el rizado, sin decir nada, extiende su teléfono.
"Puedo volver, Hazz, pero necesito tu ayuda."
Falling in love at a coffee shop [Larry Stylinson]
2 parts Complete
2 parts
Complete
𝙄 𝙣𝙚𝙫𝙚𝙧 𝙠𝙣𝙚𝙬 𝙟𝙪𝙨𝙩 𝙬𝙝𝙖𝙩 𝙞𝙩 𝙬𝙖𝙨 𝙖𝙗𝙤𝙪𝙩 𝙩𝙝𝙞𝙨 𝙤𝙡𝙙 𝙘𝙤𝙛𝙛𝙚𝙚 𝙨𝙝𝙤𝙥 𝙄 𝙡𝙤𝙫𝙚 𝙨𝙤 𝙢𝙪𝙘𝙝
𝘼𝙡𝙡 𝙤𝙛 𝙩𝙝𝙚 𝙬𝙝𝙞𝙡𝙚 𝙄 𝙣𝙚𝙫𝙚𝙧 𝙠𝙣𝙚𝙬 𝙄𝙩 𝙬𝙖𝙨 𝙮𝙤𝙪 ♡
Lo miraba aún teniendo al menos docena y media de personas que ver en ese algo pequeño espacio, Louis prefería verlo a él mientras cantaba la canción que había escrito en las lluviosas tardes que pasaba en esa bonita cafetería de la que se había enamorado, pero tal vez solo por la maravillosa persona que había conocido allí y que había calmado el intenso dolor de su solitario corazón con sus sonrisas, con su simple existencia y compañía.
O donde Harry trabaja en una vieja, y muy escondida cafetería en la que no pasa mucho, claro, hasta que un bonito extraño de ojos azules y luminosos entra empapado gracias a la eterna lluvia de abril y pone su mundo de cabeza y una sonrisa que su cara había olvidado regalar al mundo desde hace mucho tiempo.
[𝙿𝚘𝚛𝚝𝚊𝚍𝚊 𝚑𝚎𝚌𝚑𝚊 𝚙𝚘𝚛 𝚖𝚒, 𝚕𝚊𝚜 𝚒𝚖𝚊𝚐𝚎𝚗𝚎𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚊𝚙𝚊𝚛𝚎𝚌𝚎𝚗 𝚊𝚚𝚞𝚒 𝚗𝚘 𝚜𝚘𝚗 𝚖𝚒𝚊𝚜, 𝚌𝚛𝚎𝚍𝚒𝚝𝚘𝚜 𝚊 𝚚𝚞𝚒𝚎𝚗 𝚌𝚘𝚛𝚛𝚎𝚜𝚙𝚘𝚗𝚍𝚊]