Tras escapar de Desembarco del Rey, y del control de los Lannister, Sansa respiraba tranquila por primera vez en años. Ya no temía decir algo que disgustase a Joffrey y que este mandase a sus fieles capas blancas tras ella. Ya no sólo estaba lejos del tiránico rey, pues este había sido asesinado y nunca más volvería a ponerle la mano encima. Pero parecía que los Dioses no querían dar un respiro a la joven Stark. Meñique, en quien tanto había llegado a confiar la había vuelto a vender. Y aunque fuera con el objetivo de recuperar Invernalia, Sansa prefería morir antes que casarse con un Bolton. Comparado con Ramsay, hasta Joffrey era menos cruel. Pero todos tenemos dos caras y ya se lo demostró El Perro. ¿Qué habría pasado si Sansa hubiera llegado penetrar en el corazón del frío Ramsay? ¿Sería posible que la bestia tuviera corazón?