Hace ya años que unas extrañas naves acudieron a Minius. En un principio pensaron que habían encontrado vida extraterrestre, pero las intenciones de estos distaban mucho de sus pensamientos; lanzaron incontables bombas sobre su superficie, siendo los exraterrestres conscientes del peligro que su tecnología suponía y queriendo acabar con ella. Algunos abandonaron Minius, dejándola a su suerte, mientras que algunos de esos seres extraños permanecieron ocultos en el planeta. Estas bombas, debido a su composición, supuso una transformación de sus habitantes a nivel molecular que, con el paso del tiempo, se dejaría ver de forma incluso física, habiendo nacido niños con hasta cuatro brazos. Sin embargo, estos mutantes no eran bien vistos por lo que quedaba de la sociedad; el clima también cambió, convirtiendo progresivamente a Minius en un planeta helado, donde la nieve estaba a la orden del día. Pero algo más se encontraba oculto en sus profundidades, algo que seguramente cambiaría aún más sus vidas.