Ese tenía que ser el mejor día de mi vida. Por fin tuve mi graduación, mis amigas estuvieron ahí, y mi novio fue mi acompañante, ese debía ser un día inolvidable, y sí que lo fue. Nadie iba a olvidar lo que sucedió. Mi vestido era el mejor de la fiesta, me sentía en las nubes. Pero de un momento a otro todo cambio. Las luces se apagaron unos instantes, al volver a la normalidad nada estaba bien. Un cadáver en medio de la pista no era normal. Los problemas apenas habían iniciado.