Estaba condenado a vivir solo, nunca conocí a mi madre, nos dejo a mi padre y a mi cuando todavía era un bebe, mi padre tuvo un accidente automovilístico cuando tenia tan solo 16 años desde ese momento tuve que aprender a trabajar y a ser fuerte, ya que nada se obtiene fácil en esta vida, la muerte de mi padre me pego mucho, pero no iba a progresar si me quedaba todos los días llorando por él en mi habitación. Madure muy rápido y me concentraba mucho en mis estudios, tenia amigos pero todos se burlaban de mi a mis espaldas y solo consideraba a Julio como mi mejor amigo.
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Conocí a una chica, Siempre la veía con sus amigas, de hecho me gustaba su mejor amiga Valentine pero nunca se pudo dar nuestra relación. Siempre la miraba pero no la trataba en absoluto, siempre estábamos en el mismo grupo de amigos pero nunca nos llegamos a dirigir la palabra, siempre tocaba en otra sección del mismo año pero nunca toco conmigo hasta ahora, era hermosa, callada y tímida, pocas veces escuchaba su voz y llego hasta un cierto punto en donde me llego a parecer atractiva, pero eso desapareció rápido ya que nunca pudimos hablar..
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•Romance/Suspenso/Novela Juvenil.
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Saint Adofaer es un hospital psiquiátrico de alta seguridad donde habitan los monstruos más oscuros de la mente humana: asesinos, manipuladores, criminales que se esconden detrás de una máscara de enfermedad.
Anthony Cadwell, un joven residente de psiquiatría, llega con un propósito claro: explorar los límites de la locura y entender lo incomprensible. Pero Saint Adofaer no es un lugar para comprender, es un lugar para resistir. En sus pasillos helados y bajo las luces estériles, conocerá a siete pacientes, cada uno una grieta en la humanidad, cada uno una forma distinta de perder la esperanza.
Pero será su última paciente quien lo marque para siempre. Una historia que sobrepasa todo diagnóstico, y que le enseña una verdad inquietante: los libros de medicina no lo enseñan todo.
¿Qué sucede cuando aquello que intentas salvar te susurra que nunca debió ser salvado?