_Hola, si, Victor ¿Cómo estás? Me alegro... oye, solo quería decirte que, si hablan a tu casa preguntando por mi, diles que no me conoces, que no sabes nada... No se... diles que se equivocaron de numero... No, no, no te preocupes, nada de eso, tu y Mercedes están a salvo, lo juro. Oye perdón... me tengo que ir... lo siento... si, si, lo juro... si, no te preocupes... si, sobre mi tumba... adiós._
Colgó. No perdió tiempo e inmediatamente se hizo de las pocas pertenencias que iba a necestar en el camino. Estaba consciente de que la ultima mudanza debía de ser la más ligera. Si tan sólo tuviera más tiempo... seguro que escogería sabiamente. Sabía que dejaría algunos cabos sueltos, unos de mayor importancia que otros. Algunos de esos asuntos fueron los que lo llevaron a esa situación. Si hubiera sido más prudente... si hubiera sido más sensato... mas consciente... tendría más tiempo, quizás treinta, cuarenta o hasta cincuenta años de sobra para pensar en la muerte. Pero el tiempo se habí