La mente habla sin parar. Primero todo es colores, dibujos y juegos. Luego, se torna en chicos, espejos, maquillaje, ropa, popularidad, kilogramos y calorías. A Mia se le fue de las manos pensar en estos dos últimos, a tal punto de transformarse en una obsesión ¿Los números habrán acabado con Mia? ¿Alguien habrá llegado a su vida para sacarla de ese infierno o para dejarla más hundida aún?