MARA

Estoy...no se ni como estoy, Mara no despierta y he empezado a pensar que jamás lo hará. Tengo miedo de perderla, ella es mi vida, es mi novia y la quiero de vuelta. Porque desde que está en coma, mi corazón se hizo hielo, y está esperando a volver a escuchar su risa para derretirse y volver a ser cálido y fuerte. No dejo de pensar en ella, aquellas veces que se ponía nerviosa cuando yo apartaba algunos mechones de pelo que se posaban en su bonita y fina cara. Me sacaba la lengua cada vez que me escuchaba decir que era feo, me encantaba que me digiera lo contrario, siempre terminaba sonrojándose. Era aquella mi peor pesadilla, no saber si volvería a besarla o al menos oirle decir mi nombre.
-Peter, esta es la bolsa que Mara llevaba el día de la operación, tal vez tu se la puedas guardar hasta que despierte-me dijo Regina, una de las enfermeras-que tengas un buen día-dijo y se fue.
Yo recordaba esa bolsa, era donde siempre llevaba aquel libro gordo que nunca me dejaba leer, ella decía que no era apto para mi edad (cuando yo le sacaba casi 3 años), me picaba la curiosidad pero por respeto no le insistía.
Miré en el interior de la bolsa, donde efectivamente se encontraba el libro de Mara.