Blarring car honks, bouncy leather seats, and flickering hands asking you to stop were all part of Sebastién Mitchell's daily life as a taxi cab driver, but when a peculiar customer asks for a change of directions one day, the very aspect of his being could possibly cease to exist.
Bocinas de autos, asientos de cuero y manos agitándose pidiéndote que pares eran todos parte de la vida diaria de Sebastién Mitchell como un conductor de taxi, pero cuando un cliente peculiar pide por un cambio de direcciones un día, el mismo aspecto de su ser posiblemente podría dejar de existir.