Ansiaba tanto que llegara ese día que podía saborear el momento. Era el inicio de algo grande. Sus uñas eran testigos de los nervios que poseía. Llegó varios minutos antes de lo pactado, por su cabeza pasaron diversas opciones sobre lo que habría detrás de la puerta. Repasó mentalmente lo que sabía hasta el momento, no tardó mucho ya que en realidad no tenía conocimiento alguno al respecto. Finalmente, el guardián llegó. Le dedicó una sonrisa, y contuvo la respiración mientras abría la puerta. - Durante años en este lugar se han almacenado grandes pequeños cuentos... Observó fascinado el nuevo mundo que se imponía frente a sus ojos. -... Algunas de las obras inconclusas quedan flotando en el aire, no te asustes, son solo palabras divagando.-Señala algunas de ellas y continúa.- Un grupo de escritores tomaron el desafío de "decir mucho con poco", argumentaban que cantidad no significa calidad, que no era necesario que una obra fuera extensa para ser bella, ¿sabes de dónde provienen las mejores obras muchacho? El hombre observó al joven señalar su corazón y sonrío. Colocó una mano sobre su hombro. -A partir de este momento tú eres parte de ellos, y ellos son parte de ti. Jamás olvides que los libros, independientemente del género, son parte de nosotros. Cada uno de ellos posee algo del escritor que lo escribió, su esencia. Y cada uno de nosotros nos vemos reflejados en ellos. Siempre. Por más insignificante que sea. Sin más preámbulos debo darte la bienvenida al hermoso mundo de los microcuentos. *****