El Wendigo es una criatura mítica de las leyendas algonquinas. Algunos sostienen que se trata de un espíritu que, en determinadas circunstancias, logra materializarse e incluso poseer el cuerpo de un ser humano. Casi siempre el Wendigo es descrito como un ser diabólico, aunque nadie, salvo sus víctimas, saben cómo es realmente. El Wendigo se anuncia en el aire, se presiente como un viento que paraliza la naturaleza durante los meses de invierno. Nunca deja señales de sus ataques, salvo, quizás, sus huellas. Algunos sostienen que el Wendigo toma de la mano a sus víctimas y que las obliga a correr a la par. Las zancadas, cada vez más espaciadas, denuncian una velocidad anormal para un ser bípedo. Las pisadas humanas pronto se deshacen en la nieve, incapaces de seguirle el paso, hasta que ambas se pierden entre los árboles. Otros afirman que el fin de ese rastro indica el lugar preciso en donde el Wendigo elevó por los aires a sú víctima, acaso para devorarla en las heladas fronteraTutti i diritti riservati
1 parte