Llevo sola desde siempre, ellos nunca me hablan. Siempre se quedan mirándome, a veces hasta les escucho susurrar. "Eh, mira, la bicha muerta", "Anda, ahí esta la cadáver". Insultos. Al menos saco algo bueno de eso, y es que en este estado no me puede fallar nadie, porque ni siquiera tengo a nadie. Todos son iguales, la monotonía habita en sus cuerpos. Pero... desde que aquellos ojos verdes cruzaron el umbral de la puerta del aula, mi vida cambió completamente. Y más aún cuando 'ella' despertó. ----------------------------- © No se aceptan copias parciales o totales de la obra. Todos los derechos reservados bajo el autor.