No hay mal que por bien no venga. Pero, ¿cuál de todos mis males te trajo hasta mí?.
De un extraño, pasaste a ser mi protector. De temerte, pasé a necesitarte. De odiarte, pasé a amarte. No te vayas nunca. No te permitas vivir sin mí. No me dejes sola.
Abrázame fuerte, bésame, olvida el resto. Solo importamos tu y yo, aquí, ahora.
Ya no puedo imaginar una vida sin tí, cuando antes trataba de alejarme todo lo posible.
No pienses en eso, olvida el pasado. Vive el presente, y el futuro... conmigo.
Agresión. Violación. Insultos. Tantas cosas que otros considerarían malas pero simplemente yo ya no siento nada. Todo es mejor así. No siento dolor ni alegría, no me duelen los golpes ni las cosas que dicen de mí, ya no grito cuando aquel pone sus manos en mi.
Pero el es diferente, ese muchacho de ojos azules me hace sentir y no debo hacerlo. Debo alejarlo. El es peligro para mi. El hará que recuerde y no debo hacerlo. Maldita sea la hora que decidí mudarme aquí.