Cuando el pueblo se cansa de ser usado, mentido y oprimido. Ahí, justo ahí, llega la idea de un nuevo comienzo, de un nuevo renacer. Es en ese punto exacto en el que empieza una rebelión.
Una infiltrada, un príncipe, todos somos piezas en el juego de alguien.
Un daño colateral.
No todo es vestidos, palacios y formalidades. Hay mentiras que han seguido por generaciones que necesitan ser expuestas. Se tiene que hacer justicia por los que ya no están.
Aunque por ahora, mi único único deber solo sea; conquistar al príncipe, a la monarquía y a sus mentiras, haré todo lo que esté en mis manos para que caigan, aún si así, yo tenga que caer con ellos.
Esto es es solo, el principio de su fin.