-No me toques.-Se abrazó a sí misma de nuevo, echándose hacia un costado y logrando que la mano de James quedara en el aire. Sonrió de nuevo, y una vez más, colocó la palma sobre la escuálida pierna de Josy. -¡Basta, te he dicho que no me toques con esa mano! Josy se la retiró de nuevo. James sonrió y cambió de mano. Josy se la apartó también y soltó un bufido de rabia. -¿Con esta tampoco puedo? -¡Tú...Agh, no sé como estoy soportándote!-Subió ambos pies sobre el asiento y con la ancha campera Nike se cubrió entera. Ya no había muslo por tocar.