18 parts Ongoing Las historias de amor siempre inician con un un había una vez, pero nuestra historia no fue así, todo fue un completo caos.
Siempre había sido un simple espectador.
Lando creció con la Fórmula 1 como su religión, siguiendo cada carrera con la devoción de un verdadero fanático. No importaba la pista, la hora ni el país, él siempre estaba ahí, frente a la pantalla, viviendo cada adelantamiento y cada victoria como si fueran suyas. Y si había un piloto que le robaba el aliento, ese era Max Verstappen.
Era ridículo, lo sabía. Max ni siquiera sabía que él existía, y probablemente nunca lo haría. Para él, Max era una estrella inalcanzable, alguien que solo podía admirar a la distancia.
Hasta que, una noche, sus amigos cambiaron todo con un reto absurdo.
-Solo mándale un mensaje -dijo Charlotte con una sonrisa traviesa.
-¿Y qué le voy a decir? ¿Hola, Max, me encantas, por favor dime que me amas? -bufó Lando, cruzándose de brazos.
-No seas dramático -se rió Maguie-. Solo dile algo normal. No va a responder igual, así que, ¿qué pierdes?
-Exacto -apoyó Esteban-. Un mensaje y te dejas de rodeos.
Era una tontería, pero el reto ya estaba hecho. Así que, con los dedos temblorosos, Lando escribió un mensaje rápido y lo envió sin pensarlo demasiado.
Cuando la pantalla mostró el "visto", casi se cayó de la silla.
Y cuando la respuesta de Max apareció segundos después, su vida cambió para siempre.
Las historias de amor siempre terminan en un felices por siempre, pero ¿nuestra historia tendrá ese final?