-¡Solo quiero un maldito positivo! - grite mientras tomaba lo que tenia a la vista y lo arrojaba a alguna parte de la habitación. -Tranquila, cariño - dijo Max tomando mis manos con fuerza, para después aflojar su agarre - ya vendrá algún día -. Sostuvo mi cabeza en su pecho donde lo único que yo hacia era sollozar. Habían sido noches sin dormir, ilusiones perdidas y sobre todo ya no habían esperanzas, daría todo por ese esperado bebé, el bebé que tal vez, nunca llegaría.