Como decía Jorge Luis Borges. "No se puede ser poeta de nueve a dos y de cuatro a seis".
Los microrrelatos vendrían a ser restos rescatados de novelas perdidas, frases, graffitis, pintadas, eslogans, adivinanzas, fábulas, escasez aparente en unas pocas líneas. En una palabra, el microrrelato es brevedad.
Instrucciones de uso: para apreciar estas microcomposiciones se recomienda no leerlas todas de golpe, porque cada una de ellas contiene su propio mundo (tan complejo como el nuestro, el mío o el tuyo) con sus diferentes puntos de vista. O al menos lo pretende. De esta forma sería necesaria una pausa subdividida en dos tiempos: uno para reflexionar y otro para despejar y liberar la mente del sabor de la reflexión.
En cierto modo esta composición breve se asemeja al poema, pero sin verso, sin métrica, sin musicalidad y sin poema.
El título forma parte importante, a veces crucial, de la historia.
Muchas veces hemos de estar atentos a la intertextualidad, es decir a la referencia o alusión de la composición a otras composiciones, historias, anécdotas o locuras.
En estos tiempos de titulares cortos, de información inmediata y de prisa constante, los microrrelatos van leídos y apreciados como un mal vino, para comprobar que el gusto es bueno.