6 parts Ongoing A veces, la vida duele más de lo que las palabras pueden explicar. Ella lo sabía bien. Cada mañana era una lucha contra sus propios pensamientos, una guerra silenciosa en la que siempre salía herida. La ansiedad la estrangulaba desde dentro, y el mundo a su alrededor parecía indiferente. Nadie imaginaba que detrás de su mirada vacía se escondía un infierno: el monstruo que vivía bajo el mismo techo, le había robado la inocencia y la calma.
Una tarde, todo colapsó. En medio de un ataque de pánico en los pasillos del instituto, cayó al suelo temblando, incapaz de respirar. Un chico de mirada intensa y silenciosa, que no dijo nada pero se arrodilló a su lado y le sostuvo la mano. Había algo en él... una oscuridad parecida a la suya.
Lo que no sabía era que aquel desconocido no era cualquier chico Cargaba con sus propios demonios, cicatrices invisibles que lo hacían diferente a todos los demás. Y sin saber por qué, decidió que quería ayudarla. Porque a veces, las almas rotas se reconocen entre sí.