Clarke trabaja para la organización Hell's Zone, perseguida permanentemente por Daemonslayer, un cuerpo de élite de la policía únicamente dedicada a su erradicación, una secta de asesinos a sueldo, existiendo en las sombras de la sociedad y enfrentadas desde los comienzos de sus tiempos. Brutal, despiadada, salvaje, frialdad total, desalmada... mil cosas podríamos decir de Clarke la hora de cumplir su deber, acabar con los objetivos señalados y a todo el que se le ponga en medio para evitarlo y matar, cuántos más rivales, mejor, pero siempre hay excepciones y uno de sus contratos le llegará a incluso llegar a cambiar de parecer.