Ella era un conjunto de rarezas. El era común. Ella tenía gustos extraños. El era predecible. Ella era invisible. El era extremadamente reconocido. Ella estaba rota. El quería sanarla. -Soy la clase de libro que nadie se toma el trabajo de leer.-Susurro ella con una sonrisa fría. -Soy la clase de lector que le gustan los libros aun si no son reconocidos.Son gemas sin descubrir.Como tú.