Corrí. Mis piernas ardían, no podía más pero tenía que correr, los ojos me perseguían. Aquel hombre cubierto de negro, pero sus ojos color aceituna y la tes blanca está en mi mente. Me persigue, no hay salida el callejón termina aquí, debo de correr llamar a mamá, ella me ayudará, ella es la única que me ayuda.
Me tomó del brazo su tacto tan frío como el metal, sus dedos son delgados y finos como los de un artista pero no puedo mover mi brazo, me duele. Forcejeo pero él es más fuerte, me jala y me arrastra.
-Basta, ya - Mi voz se escucha lejana, no parece la mía.
-Camina, pequeña - Su voz es tan fría que me estremezco, parece hipnotizante, es ronca y ruda. Sus pasos se vuelves zancadas, tengo que brincar para seguirle el paso.
Salimos del callejón, el hombre se volteo bruscamente y examinó mi rostro, como si quisiera comprobar algo, luego sonrió con sus dientes perfectamente alineados.
-Él te espera, niña.
Con esas palabras todo se volvió negro, luego... Desperté.
Bella Swan siempre fue un imán para el peligro. Y aquello lo confirma cuando se entera que está embarazada de Edward Cullen, su ex novio vampiro que la abandonó el día después de su cumpleaños.
Buscando respuestas sobre su embarazo llega a New Orleans, atrayendo la atención de un híbrido, el rey Klaus Mikaelson, el híbrido original que queda encantado con ella y lo que lleva en su vientre.