La vibración de mi celular me despierta con un sobresalto. El mensaje es de Nico, deseándome buenas noches. "No te preocupes linda, sé que estabas cansada :) hablamos mañana, te quiero mucho." Sus mensajes siempre logran sacarme una sonrisa, pero por otro lado, un pinchazo de culpa me atraviesa entera cuando un segundo mensaje aparece en mi pantalla. "Ya me voy a dormir, supongo que tú te quedaste dormida. Hasta mañana princesa, te amo." Ése es Sebastián. Mi novio.