Cada uno está marcado con una gran distinción, que podría definir tu futuro.
¿El color de piel?
¿La estatura?
¿O tal vez algo tan simple como tu sexo?
Nada de eso. Aunque en un pasado sí hubiera podido ser así, pero ahora las cosas han cambiado, desde la llegada de la magia y de su expansión a cada brisa de aire, desde las gélidas brisas de los polos hasta las calientes brisas del desierto.
Ahora "todos" podían gozar de ella, estudiarla, manipularla... Pero no todo son ventajas. Con su llegada nos dieron la bienvenida una serie de seres que pasaron a ser ya no tan mitológicos, y que salieron de sus escondites para cobrar lo que es suyo, la magia, su esencia, su vida. La única manera de derrotarlos sería matar a sus Reyes, pero nadie podrá conseguir tal hazaña, no mientras yo pueda vivir para verlo.
Ah, no me enredaré más; la marca de la que te estaba hablando, querido amigo, es el color de los ojos: dorados, naranjas, rosáceos, rojos, verdes, azules...
Dependiendo de tus ojos podrías labrarte un futuro en un tipo de magia, conviviendo solamente con gente de tu mismo tipo, aprendiendo de ellos y, quizás, incluso poder calificarlos como "familia". Pero pobre de ti si naces con algún color "infiel", ojos apagados sin ser capaces de apreciar las auras mágicas. Esa... esa es nuestra perdición. Ahora, abre los ojos y demuéstrame qué escondes bajo los párpados.
*Sinopsis creada por @AriCitsad
*Historia participante en el concurso "Demuestra tu talento"
*Categoría "Fantasía"
En su vida anterior, Lu Yao solo vivió hasta los treinta y cinco años, no pudo salir debido a la presión familiar y murió solo.
Cuando vuelve a abrir los ojos, se encuentra transportado a tiempos antiguos, no sólo diez años más joven sino también con un marido de hombros anchos, cintura estrecha y abdominales marcados.
¿Podría haber tanta buena fortuna en este mundo?
Justo cuando Lu Yao está muy contento, nota que la mirada de su esposo parece particularmente fría, incluso queriendo divorciarse de él...
Zhao Beichuan perdió a sus padres y asumió la responsabilidad de cuidar a sus dos hermanos pequeños. Para mantenerlos, aceptó un matrimonio concertado por una casamentera. No necesitaba que su esposa fuera bella; todo lo que pedía era que fuera bondadosa y frugal.
El casamentero le pintó un panorama optimista, pero se dio la vuelta y le encontró un "cojín de flores", alguien que tiene buena pinta pero que no puede hacer nada más. En su primer día de matrimonio, esta persona casi se ahorca de la viga de la casa de Zhao Beichuan.
Más tarde, Zhao Beichuan se enteró de que este joven tenía un amante y no quería casarse con él, pero sin saberlo se había convertido en el encargado de separar a una pareja de amantes desafortunados.
Los matrimonios forzados no duran, por lo que Zhao Beichuan decidió dejarlo ir, pero inesperadamente, esta pequeña criatura no se iba, siempre metiendo sus manos en la cama de Zhao Beichuan por la noche, diciendo: "Esposo, déjame sentir tus abdominales..."