Hay tantas cosas fáciles en el mundo. Vivir no es una de ellas, y sin la persona que amas mucho menos. Saber que pudieron haber tenido el mundo entero a sus pies, pero por una jugada del destino no lo tuvieron es desgarrador. Aferrarse a los recuerdos y pensar constantemente en lo que pudo haber sido, duele. Creo que lo que más duele, es perder a la persona que amas sabiendo que te amaba. Porque si la perdes sabiendo que no lo hacía, sabrías que no podías tenerla de cualquier manera. De lo contrario, la pérdida sería inevitable, y el rencor y la impotencia invaden tu sistema hasta no dejar nada de lo que eras. La vida está llena de muerte. Es una constante lucha contra el dolor, veamos quién sobrevive y quién no.