La vida puede darte golpes duros; quitarte amores, quitar alguien de tu familia, robos, etc... Pero el de Chris era todo lo contrario, la vida le quitó la posibilidad de caminar, eran casi nulas, su sonrisa se borró, el chico rudo de la universidad desapareció, dejó de hacer las mismas cosas que antes. Siempre maldice la noche que sucedió todo, lo que acabó con sus sueños de seguir con el baile callejero.
Samantha era una chica amable, bondadosa, con una sonrisa que daba alegría a quienes estaban en su peor momento, pero tenía su corazón roto. Cuando tenía diecisiete años su novio murió de cancer al hígado, desde ese momento comenzó a ayudar a todas las personas que le llamaran la atención, en el momento que perdió a Steven cerró su corazón para siempre.
¿Han oído el hilo rojo de Japón?
Bueno...aquí pasará esto.