Cielo Griz!

Eran las 12:16 de la madrugada, dulce soledad sonaba a todo volumen! Los cigarrillos se consumían poco a poco, el ron de mi copa cada vez se tornaba más dulce; una llamada suya en este momento sería perfecta.
Sólo me queda su recuerdo, su voz grabada en mi mente, sólo me queda lo que alguna vez fue mi vida entera.
-Hey chico deberías ir a tu casa!
El cantinero me tomó del hombro al mismo tiempo que perdía la conciencia, levante la mirada con un gesto de disgusto y bebí el último trago de mi copa, todo era irreal, no podía mantenerme de pie por más de 5 segundos, términe por caer al suelo.
-Vaya tonto, mira que beber hasta desfallecer!
Dos grandes sujetos me tomaron por los costados para al fin terminar en la calle, entre aquel bochornoso frío que logró congelar el alcohol que había ingerido, cuando al fin cobre un poco de conciencia busque desesperadamente mi cartera, entre uno de sus bolsillos tome una pequeña bolsa llena de sueños color blanco!