¿Y si te enamoro todos los días?

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Lenguaje explícito
Escenas sexualmente explícitas
Forced proximity

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La vida de Abby es buena. Aunque no es la mejor estudiante, no tiene problemas con el colegio, se divierte con sus amigos, evita a su ex... Una adolescente normal.

Hasta que su madre decide recibir a un estudiante de intercambio y su vida comienza a dar vueltas.

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-Regresa eso, no tienes derecho a leerlo- me acerco a él extendiendo mi mano enfrente de mí, con la palma hacia arriba. Thomas vuelve a sonreír con ese brillo perverso en sus ojos- Da_me_lo- digo separando cada silaba.
-No
-¿Cómo?
Thomas se mete el celular en el bolsillo trasero del pantalón y se acerca, haciendo que su rostro y el mío estén a escasos centímetros de distancia.- Que no te lo voy a dar- Su sonrisa crece mientras yo siento como la furia va haciendo exactamente lo mismo dentro de mí.
Me acerco e intento agarrarlo, pero Thomas es más rápido y lo coge en una mano, subiéndolo por encima de su cabeza. Es imposible para mí alcanzarlo, y me niego a saltar y ponerme en ridículo frente a este idiota. Así que me quedo mirándolo muy de cerca, entrecerrando los ojos, fulminándolo con la mirada.
Él levanta una ceja y lanza mi celular detrás de él. Lo sigo con la mirada en su caída, algo preocupada, debo admitir, hasta que por suerte cae en mi cama. Mi mirada vuelve a enfocarse en Thomas, que sonríe divertido.
Intento alejarme de él, dando unos pasos hacia atrás ya que estoy demasiado cerca de él para caminar. Sin embargo, no logro lo que me proponía ya que Thomas camina hacia mí. Cuando voy a dar otro paso choco con la puerta de mi habitación, y... ¡Momentito! ¡Momentito! ¿A qué hora cerró la puerta?
Cuando me doy cuenta, Thomas está sujetando mis manos a los lados de mi cabeza, mirándome con esos ojos verdes, intensos. Su rostro está más cerca del mío que antes.