La página en blanco. El cursor parpadeante, siempre quieto. La mente estancada en un vacío. Te distraes con todo, no pasas de la primera frase, sientes que lo que haces no vale nada. ¿Qué hacer en esos casos? ¿Llamar a Emergencias? ¿Al Cielo? He pasado por el mismo dilema miles de veces: Tengo una idea. ¿Y ahora qué? Así que, de la experiencia propia y de todos los que estuvieron aquí, comparto estos consejos que sin duda, volverán nuestra existencia de escritores un poco menos tediosa. Manos a la obra, y ¡a escribir!
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