
Ahí estaba el, ese hombre de pelo negro y ojos claros, aunque no se le notaban mucho ; siempre observándome a lo lejos sea donde sea que lo encuentre en ese momento. Siempre que dormía y despertaba en este mundo creado por mi mente, sentía el escalofrío de su fría mirada. Lo llamaba el hombre de mis pesadillas; porque en vez de ser lo que deseo, me da miedo, tantas ocaciones y concidencias que me lo encuentro nada más aquí, en mi mundo. Siempre allí, observándome como si fuese un ratón y el un águila hambrienta.All Rights Reserved