Algunas personas hacen té para tomar, otras no tan usuales como yo, lo hacen para olerlo.
¿Quieres un té? .- Me preguntó él. Era un poco irónico puesto que estabamos a las once de la noche en mi cafetería y tendría que invitar yo.
- Umm no, mejor no, no me gusta el té .- Le dije esperando el asombro que todos tienen al saber eso de mí.
-¿Tienes una cafetería especializada en té y no te gusta?.- me preguntó con una sonrisa burlona, Dios, como me gustaría quitársela.
(Alma centrate chica, lo acabas de conocer)
-Ajam, no me gusta su sabor,pero en cambio, amo su olor, es como si cada uno de esos aromas te contara una historia, te explicara un mundo, es magnífico.- le respondí absorta a todo. A todo, menos a sus ojos negros, Dios, que ojos.
( No te fijes mas en el, no tienes posibilidad, ¿ no ves que es un hombre importante? )
-¿ te han dicho que eres extraña?.- me preguntó curioso, los papeles aquí se tornan, a mi me debe respuestas, no al contrario, él es quien me besó mientras que cerraba mi tienda.
Kim nunca pensó que mentir en su currículum la llevaría a una completa travesía con su joven jefe.
Nico nunca pensó que darle una oportunidad a Kim la convertiría en el amor de su vida.