"Ha dado el primer paso. No me lo creo todavía. Él, ese chico al que me paso mirando todo el día; ese chico que si me mirase, haría que me sintiera como si fuese el mejor pivón del universo, ha pedido mi número de teléfono. Me sorprendió a pesar de que ya me habían dicho infinidad de veces que quería algo conmigo. Unas veces me lo creía y otras ignoraba lo que escuchaba. En realidad, es un gilipollas que se quiere sólo a si mismo, y quiere a todas y cada una de las chicas que ve. Pero siendo realista: ¿A quién puede gustarle una tía como yo? Le gustan todas, si. Pero ¿yo? No lo creo. Nunca he sido una de esas chicas seguras de sí mismas que hacen lo que se proponen, quieran los demás o no. Siempre he sido la típica chica que se pasa el día bajo la falda de su madre, ya que ella no le deja salir de ahí. Que mi madre me proteja tanto ha creado en mi una inseguridad que nunca creí que alcanzaría. Y cómo no, en el tema de los chicos, lo reflejo a la perfección..."