Seguro que nadie viviría tranquilo sabiendo que cada noche, una fuerza incontrolable y abrumadora, te obliga a adentrarte en un laberinto del cuál eres consciente de que no pasarán cosas buenas.
desde punto, ya no hay vuelta atrás, has entrado en un mundo, donde ya no hay escapatoria, las cosas que están escritas aquí, pueden cobrar vida, respira, y disfruta tus últimos momentos de tranquilidad, y cuando termines de leer, solo recuerda que yo te lo advertí