Hay cosas que no quieres que pasen. Como que los aliens decidan un día venir desde sus planetas muy muy lejanos a colonizarnos, o que pisemos caca a pie pelado. Como hay cosas que darías cualquier cosa por que pasasen. Como que te ganes un IPhone en las papas fritas, te encuentres veinte lucas en la calle o hagan una tercera temporada de Gravity Falls. O, por ejemplo también, encontrar al pololo ideal. Así que yo sigo comprando papas fritas para ganarme un IPhone, y sigo mirando el piso como enferma y sigo mandando twits a Alex Hirsch para que recapacite. Pero hace tiempo que dejé de esperar al pololo ideal, porque sé que esas cosas no les pasan a las minas como yo. Así que tomó mi vasito rojo y grito bien fuerte: "Por la gente apestosa, los puchitos que se acaban y los condones se rompen. Por los hueones que te rompen el corazón y por la delincuencia. Porque no me gané el IPhone y porque no encontré a mi pololo ideal, pero sí me encontré veinte lucas y son las que auspician esta juntita. Así que creo que no esta todo perdido y queda algo por qué levantarme mañana, aunque sea con caña. Salú'" No sabía que tanto destino iba a encontrar en tres piscolas. // NOTAS DE LA AUTORA // Historia de adolescente chilenos. Este relato puede contener mala palabras, escenas sexuales explícitas, alcoholismo, tabaquismo y un uso digamos exagerado de chilenismos. Se requiere criterio para su lectura (Cartuchas, váyanse porfa), se recuerda que esto no es un relato profesional, sino meramente un texto principiante de una adolescente promedio, sin grandes dotes de redacción ni ortografía. Cualquier parecido de los personajes con la vida real es mera coincidencia. No sé si sea necesario decir que esa hueá fea de portada es temporal, equisde.
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