- Podía verla desde la puerta de la sala de emergencias. Estaba blanca, mas pálida de lo que es normalmente. Se veía, vacía. Estuvo muerta por seis minutos. Seis minutos. Pero el joven doctor seguía dando descargas. No se rendía. Ese hecho me hizo acordar cuando ella nos había obligado a ver un episodio de su serie favorita. Veía como las gotas de sudor manchaban la cara del doctor. Pero si no fuera por él, ella no estaría aquí. Ella no estaría aquí si él se hubiera rendido.