Santiago Marin fue como esas personas que eran como un día nublado, siendo frío de color gris. Siempre se veía triste y cansado como si estuviese a punto de explotar. Por lo general, la gente a su alrededor solía pensar que él era de esos días nublados que suelen ser los mas tristes pero yo había empezado a encontrar que un cielo nublado resultó tener las gotas mas cálidas. Al tiempo me di cuenta que todo lo malo después tiene su lado bueno, de que las personas mas frías tienen su lado tierno, y que hasta la tormenta mas grande tiene su arco iris también. Al final supe que las personas sin sentimientos también se enamoran. Aún así recuerdo el día exacto que lo conocí con claridad, pero no recuerdo cuando empecé a sentir algo especial y único; en aquel momento no tenía ni la mas mínima idea de que pasaría después. No tenía idea de que llegaría amar sus ojos o sus manos, unas manos que se entrelazaron con las mías en más de una oportunidad, tampoco tuve una idea que llegaría a disfrutar tanto sus besos o disfrutar el hecho de escuchar el tono de su voz cada vez que me relataba su día a día. En ese momento fuimos dos extraños, dos personas que se encontraron un día por casualidad que es como suelen conocerse los grandes amores casi siempre por casualidad y luego se enamoraron...Tutti i diritti riservati