-Después de un verano fantástico, Brook y yo, nos vemos metidas en problemas...- empieza a contar July.
-No, no, no y no- interrumpe Brook. -Tu lo cuentas demasiado aburrido.
-Así que lo cuento aburrido ¿eh? Pues... ¡cuentalo tú!- grita July.
-Eso iba a hacer...- Brook sonríe burlona.- Si hiciéramos una lista de las trastadas, bromas y meteduras de pata que hemos hecho, no terminaríamos nunca. Nuestros padres, ya hartos de nosotras, nos mandan a un internado en París. Y allí es cuando decidimos ser las personas mas inquietas e insoportables...
-Pero si eso ya lo somos...-interrumpe July.
-¡Ay!¡Ya me entiendes!¡No me interrumpas!-grita Brook.
-Vale, vale perdón- dice July levantando las manos en signo de rendición.
-Gracias... eh... ya se me ha olvidado...
-¡Siempre igual!-dice July pasando sus manos por su cara con frustración.
-Tranquilidad gente , que ya me acuerdo. Quería decir que espero que os gusten nuestras ''aventuras''.
-¿¡Me he callado solo por eso!?
-Pues si.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.