PRÓLOGO: Vi sus ojos verdes, con ligeros destellos azules que brillaban como el cielo a causa de sus lágrimas. -¡¿Por qué aun estas aquí?! ¡Trató de ayudarte y lo único que haces es cagarla más!- Solté un suspiro ante mi obvio fastidio. Inhale fuertemente, llenando mis pulmones y respondí -Por que ahora soy yo la que quiere cambiar- El sonrió con aquél gesto que era sólo mio y yo no traté de contenerme; finalmente, Lo besé.