Un día pensando en el ser humano, sobre lo que estamos formados, nuestro cuerpo, nuestros órganos... Me he dado cuenta de algo. Me he dado cuenta de que tenemos dos ojos, dos brazos, dos manos, dos pulmones... De que la mayoría de las partes de nuestro cuerpo tenemos dos de cada, aunque sólo tengamos una de cada de otras partes. Me he parado a pensar sobre un órgano, el corazón, esa parte de nuestro cuerpo con el cual muchas veces nos dejamos guiar y que nos lleva, sobre todo en una etapa de la vida de las personas. He visto que nuestro corazón no tiene la forma con la cual lo solemos dibujar, tiene otra forma, equivale a la mitad del corazón que dibujamos. Pero me he fijado que juntando dos corazones forman un corazón entero, completo, como el que dibujamos. Será por eso la razón de que buscamos a nuestra otra mitad, porque estamos incompletos, porque nos falta algo, porque nos falta un corazón entero para poder latir más fuerte, un compañero que nos acompañe con el ritmo.
Tercer libro de la serie amores de la mafia [EN PROCESO]
Crecer como la hija de uno de los capos de Italia solo tiene una ventaja -tener un matrimonio asegurado-, y para mí no es una ventaja porque tener matrimonios concertados solo te convierte en la esclava sexual y fábrica de bebe. Cosa que me niego rotundamente a ser.
Pero vivir en una ciudad donde tu padre tiene ojos en cada esquina y miles de voces que le informan las cosas antes de que pueda suceder es una tortura y esa tortura me llevo a contraer matrimonio con él, Alessandro Lucchese.
Esta es una historia que me pertenece en su totalidad. No permito ni acepto copias, adaptaciones, reproducciones, transcribir o trasmitir por cualquier medio físico o mecánico sin mi consentimiento.