"Es el momento, Samantha" Era una voz en su mente, un sonido que la convulsionó de dentro a fuera, un mensaje que no le pertenecía y que en realidad no tenia palabras. Un escalofrío intenso como una descarga eléctrica ascendió por cada una de sus vertebras hasta estrangular su corazón que ahora sí se encontraba en su pecho. Un terror inmenso apresó sus pensamientos y antes de tener tiempo de volver a calmarse la voz hablo de nuevo: "Es el momento de dejar de llorar, debes ponerte en marcha, deprisa."