Nunca sabemos cuando el final se acerca, de hecho la incertidumbre colma cada uno de nuestros días haciendo difícil saber cuando nuestra luz se apaga. La muerte es callada e imperceptible. Un día puedes estar y sentirte vivo y al siguiente ser un simple cuerpo inerte. Es por ello que no hay nada más seguro que la mismísima muerte. La muerte es despiadada, bueno, la mayoría de las veces. ¿Qué pasaría si tuvieras una segunda oportunidad para vivir ? Cualquier persona con sentido común aceptaría. ¿Qué pasaría entonces si tu renacer conllevara una condición que te podría costar el precio de tu alma? ¿Seguirías aceptando? Yo acepte la propuesta de la muerte, mejor dicho de él. Debido a que las palabras en tinta pueden transmitir aquello que no soy capaz de decir en voz alta, este es el momento de contar mi historia. Mi momento de confiarles mi secreto. Mi momento para admitir que le debo más que la vida a la muerte.
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