Mi vida era tranquila, después de mucho sufrir, por fin las cosas estaban yendo bien. Eso, al menos, hasta que mi alcohólico padre decide pedirle dinero a Dominic Hoffman, el dueño de un bar de strippers y mi ex.
No hay forma en el mundo en que mi padre pague una deuda y Dominic no lo perdonará por el hecho de que es mi padre, tampoco aceptará pago a cuotas, él simplemente actuará si no tiene su dinero.
A menos claro, que yo me acueste con él, mejor dicho, que pase dos días a su plena disposición, para hacer lo que quiera con mi cuerpo. Dios sabe lo mucho que disfrutábamos cuando éramos novios, pero eso ha cambiado, no puedo tener sexo con alguien que está chantajeándome ¿o sí? ¿Y qué pasa si me enamoro de nuevo?
Pero entonces, me doy cuenta de que mi padre no sólo le debe dinero a Dominic y de pronto, mi ex es el único con el poder de ayudarme.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.