A veces nos obsesionamos tanto con el físico que no nos damos cuenta de lo que realmente importa perder, y no se trata de unos cuantos quilos, si no de nosotros mismos.
Porque demasiadas veces decidimos ocultar lo que en verdad sentimos, pensando que es lo mejor no solo para uno, sino para quienes nos rodean, esto tan solo crea confusión y quizás infelicidad no solo de algunos, sino de muchos.